Hoy me pasé toda la mañana llorando, por una cosa o la otra, y es que estoy demasiado sensible porque todos los cambios se me vienen arriba y todas las responsabilidades y las expectativas de los demás con las que tengo que cumplir y los miedos de que las cosas no salgan como quiero que salgan, y el miedo de perder, de extrañar, de olvidar, de ser olvidado, el miedo al cambio y el miedo a que nada cambie, el miedo a fracasar, el miedo a las miradas de lastima, el miedo a no adaptarme y a no irme, a no dejar de llorar... tantas cosas que se supone que tengo que hacer.
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