Los días así me ponen de buen humor, no hace calor pero no está lejos de hacerlo, el cielo está lo más celeste que puede y el domingo es lo que se dice un domingo.
Dejo de extrañar un poco y me siento bien, me gusta escuchar a los nenes reírse y el típico olor a asado.
Incluso los días así tienen su propio aroma y su propia energía que hace que todo cueste menos, que te da ganas de estar en un campo rodeado de césped y flores y familia y amigos.
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